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Adicción a WhatsApp, cómo afecta a nuestra salud mental y emocional

En el siguiente artículo examinamos los efectos negativos de la adicción al WhatsApp en nuestra vida diaria y cómo recuperar el control sobre nuestra relación con la aplicación.

El uso excesivo de WhatsApp es consecuencia de la depresión, la ansiedad y otros trastornos

Nuestro bienestar mental y emocional, incluidas la depresión y la ansiedad, puede verse afectado por el uso excesivo de WhatsApp. Los estudios demuestran que quienes usan aplicaciones de mensajería instantánea con frecuencia tienen niveles más altos de ansiedad, estrés y depresión que quienes las usan con moderación.

Los síntomas de FOMO (miedo a perderse algo) de algunas personas pueden empeorar si se vuelven adictos a WhatsApp. Es posible que sienta más presión por parte de los demás para estar siempre disponible y responder rápidamente si está constantemente conectado y expuesto a sus mensajes y actualizaciones. Esto puede dar lugar a una necesidad persistente de comprobar y responder a los mensajes, incluso cuando no es necesario ni saludable hacerlo.

Vínculo entre el aislamiento social y uso excesivo de WhatsApp

Una persona puede sentir que está conectada con otros digitalmente pero no emocionalmente si usa WhatsApp en exceso, lo que puede aumentar los sentimientos de soledad y aislamiento.

La conexión digital de WhatsApp puede engañarnos haciéndonos creer que tenemos una conexión emocional con los demás cuando no la hay. «Conexión solitaria» es el nombre que se le da a este fenómeno, que puede hacer que las personas se sientan aisladas y solas. A pesar de tener una gran cantidad de contactos en su lista de WhatsApp, los usuarios pueden sentir que no tienen conexiones profundas con ellos.

Según un estudio de la revista Información, Comunicación y Sociedad, los usuarios frecuentes de WhatsApp experimentan más soledad y aislamiento que aquellos que usan la aplicación con moderación.

Por lo tanto, en lugar de reducir los sentimientos de soledad y aislamiento, el uso excesivo de WhatsApp puede exacerbarlos. Los usuarios deben ser conscientes de la distinción entre una conexión virtual y una conexión emocional genuina y hacer un esfuerzo para construir conexiones significativas fuera de la aplicación. En lugar de solo participar en interacciones digitales, esto también puede implicar comunicación verbal o visual por teléfono o en persona.

El vínculo entre el insomnio y la adicción a WhatsApp

La adicción a WhatsApp también puede causar trastornos del sueño. La estimulación constante de mensajes y notificaciones puede mantener los cerebros de los usuarios en alerta constante, incluso cuando intentan relajarse. Los usuarios que pasan mucho tiempo usando la aplicación pueden tener problemas para conciliar el sueño.

El uso excesivo de teléfonos inteligentes, incluido WhatsApp, se relacionó con trastornos del sueño, según un estudio publicado en la revista BMC Psychiatry. Antes de irse a la cama, los participantes del estudio que usaban sus teléfonos inteligentes con más frecuencia tenían más dificultades para conciliar el sueño y tenían interrupciones del sueño más frecuentes.

Otro estudio, que se publicó en la revista Sleep Health, descubrió que los usuarios de teléfonos inteligentes que usaban aplicaciones de mensajería como WhatsApp con mayor frecuencia tenían más probabilidades de experimentar somnolencia y fatiga durante el día.

Estrategias que funcionan para recuperar el control sobre nuestras vidas en línea

La adicción a WhatsApp y otras adicciones a aplicaciones similares son cada vez más comunes en nuestra sociedad. Si bien estas herramientas pueden ayudarnos a mantenernos en contacto con los demás, también pueden ser perjudiciales para nuestra salud mental, emocional y física.

Debemos tomar medidas para recuperar el control de nuestra vidas digitales y limitar el uso de estas aplicaciones a una cantidad razonable. Algunas prácticas que podrían ayudarnos serían:

Establecer restricciones de tiempo para usar WhatsApp y otras aplicaciones.
Fuera del horario comercial, deshabilitar notificaciones.
Desconectarse de Internet de forma regular.

Si la adicción a WhatsApp está afectando negativamente la vida diaria, es importante buscar apoyo y asistencia. Los profesionales de la salud mental pueden proporcionar terapeutas y mecanismos de afrontamiento para controlar los efectos.